En el año 2014 la Asamblea de las Naciones Unidas, aprobó que el día 15 de julio se designara como el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud (resolución A/RES/69/145), con el objetivo de visibilizar la importancia de dotar a las juventudes de aptitudes para el empleo, el trabajo decente y el emprendimiento. Para el presente año el tema del día será “Las habilidades de la juventud para la paz y el desarrollo”, pues el papel que desempeñan los jóvenes en la consolidación de la paz y la resolución de conflictos es crucial.
Esta iniciativa ubica su origen en la preocupación por los altos índices de desempleo en la población juvenil o bien, por su alta participación en empleos informales o pobreza laboral a nivel mundial. Algunos datos actuales de esta situación son señaladas en el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2024” (WESO Trends), que indica que, en 2023, la tasa mundial de desempleo juvenil es del 13,3 por ciento, superando la de los adultos, del 3,9 por ciento. Para el caso de América Latina, el desempleo juvenil (del 13,6 por ciento en 2023, similar al promedio mundial del 13,3 por ciento) sigue siendo preocupante y tenderá a aumentar ligeramente en 2025 (OIT, 2024). El panorama no es alentador. Respecto al empleo informal, a nivel mundial, más del 75% de los jóvenes está en dicha situación. En países con ingresos bajos, 3 de cada 4 jóvenes y para América Latina y el Caribe, el dato es de poco más del 60% de jóvenes.
Son múltiples las causas que han llevado a estos indicadores sobre el empleo y el desempleo y se encuentran vinculadas a condiciones estructurales. Por un lado, la lógica de un modelo económico imperante pone al centro las ganancias antes que las personas. Por otro lado, la obsesión de reducir costos laborales (Fratteli Tittu, no. 22), pone “reglas de juego” específicas a los mercados de trabajo que derivan en exclusión social especialmente para las poblaciones más pobres. A la vez, dicha población se encuentra marginada del acceso a una educación de calidad que le posibilite adquirir conocimientos y desarrollar habilidades y competencias para insertarse en los mercados laborales cambiantes y en constante transformación, o bien para emprender proyectos o iniciativas.
Con la mirada puesta en la juventud de la Amazonía y la realidad que vive, corresponde poner en altavoz su clamor por mejores condiciones de vida. La juventud se enfrenta además del desempleo y pobreza, a situaciones de violencia, prostitución infantil, explotación sexual, uso y tráfico de drogas, embarazo precoz, depresión, trata de personas, nuevas formas de esclavitud, tráfico de órganos, dificultades para acceder a la educación, salud y asistencia social. (DF, 30). Pero a pesar de todo esto, los jóvenes de la Amazonía viven con el profundo deseo de tener una vida plena, ser considerados, respetados, tener oportunidades de estudio, de trabajo y de un futuro de esperanza (DF, 30).
A esta realidad subyace una narrativa que circunda desde los medios de comunicación social masiva que históricamente han priorizado la transmisión de patrones de conducta, estilos de vida, valores, mentalidad consumista, que lleva a los jóvenes de la Amazonía, a no valorar –e incluso rechazar– su propia cultura y sus tradiciones, aceptando de manera acrítica el modelo cultural imperante. Esto provoca el desarraigo y la pérdida de identidad (Instrumentum Laboris, 140).
Es innegable por tanto el papel de la educación para dotar a las personas de los conocimientos y habilidades esenciales para su desarrollo en el mundo del trabajo. Ha sido muy estudiada la relación entre el desempleo y la pobreza con bajos niveles de educación (OIT, 2019; IWGIA, 2021). Respecto a la educación de nivel superior, para los gobiernos, organizaciones internacionales, nacionales, locales, debe ser una prioridad. En la medida que jóvenes y personas adultas con interés de proseguir su formación, tengan acceso a oportunidades educativas pertinentes a las necesidades del contexto, sean culturalmente apropiadas, de calidad, mayores posibilidades tendrán para incidir en la mejora de sus propias condiciones de vida a través de trabajos dignos y que trasciendan a impactar en el bien común.
Como marco internacional sobre la educación plasmado en la Agenda 2030, en la Declaración de Incheon: Educación 2030, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4, se dice: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. En éste se destaca el papel fundamental de la enseñanza y formación técnica y profesional (EFTP). Ésta puede dotar a los jóvenes y adultos con las competencias necesarias para acceder al mundo laboral, incluidas competencias para el empleo por cuenta propia, así como para garantizar que las competencias adquiridas sean reconocidas y certificadas. También, puede mejorar la capacidad para responder a las necesidades que evolucionan con rapidez en los diferentes sectores y las comunidades mismas. Puede ofrecer oportunidades para desarrollar aptitudes a personas poco cualificadas que están subempleadas o desempleadas, a jóvenes que están fuera de las instituciones educativas y a personas que ni trabajan, ni estudian ni reciben formación. Indica que es indispensable aumentar y diversificar las oportunidades de aprendizaje, empleando una amplia gama de modalidades de educación y formación, de tal forma que todos los jóvenes y adultos, en especial las mujeres, puedan adquirir conocimientos, aptitudes y competencias pertinentes para el trabajo decente y la vida. (Declaración de Incheon y Marco de Acción ODS 4 – Educación 2030)
Es un referente para nosotros recuperar el sentido del trabajo desde las palabras del Papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti – número 162 –
…la política no puede renunciar al objetivo de lograr que la organización de una sociedad asegure a cada persona alguna manera de aportar sus capacidades y su esfuerzo. Porque «no existe peor pobreza que aquella que priva del trabajo y de la dignidad del trabajo»137. En una sociedad realmente desarrollada el trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo.
El PUAM, como una respuesta de la Iglesia en salida, asume el reto de ofrecer y ser una alternativa de educación superior, que permita en la Panamazonía fortalecer las capacidades existentes en los territorios. Ser un puente para que la educación técnica superior sea asequible y accesible en lugares de periferia geográfica y humana. A través de Centros Comunitarios de Aprendizaje, que son el componente que atiende la presencialidad y favorece el encuentro colectivo en el modelo PUAM, buscará no solo de dotar de habilidades y competencias técnicas que respondan a las necesidades de su contexto, sino coadyuvar fundamentalmente y de forma transversal, a un proceso de recuperación y revalorización de las identidades culturales de las poblaciones a las que pertenezcan los y las estudiantes. Una apuesta en contribuir a la formación de sociedades interculturales que tanto se necesita para alcanzar una convivencia basada en la justicia y el reconocimiento.
Miramos como urgente y necesaria una educación que sustente y fortalezca los esfuerzos creativos de jóvenes y adultos para, como indica el Papa Francisco, que cada persona y pueblo logre transformar su realidad y desarrollarse desde el propio estilo, sin imposiciones y formas culturales ajenas. Cada pueblo, con las herramientas necesarias, puede desarrollar sus capacidades de innovar desde los valores de su cultura (Fratelli Tutti, no. 51).
Referencias
- Grupo de Trabajo Internacional para Asuntos Indígenas (IWGIA) y Organización Internacional del Trabajo (OIT) 2021. Los pueblos indígenas en un mundo del trabajo en transformación: Análisis de los derechos económicos y sociales de los pueblos indígenas a través del Navegador Indígena
- Organización Internacional del Trabajo (OIT). 2019a. Aplicación del Convenio sobre pueblos indígenas y tribales núm. 169 de la OIT: Hacia un futuro inclusivo, sostenible y justo (Ginebra).
- Organización Internacional del Trabajo (OIT). “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2024.
- Asamblea especial del Sínodo de los obispos. (2020) «Documento final del Sínodo de la Amazonía». sinodoamazonico.va. Vaticano: Secretaría general del sínodo de los obispos, 2020. Tomada de:
- http://www.sinodoamazonico.va/content/sinodoamazonico/es/documentos/documento-final-de-la-asamblea-especial-del-sinodo-de-los-obispo.html
- Asamblea especial del Sínodo de los Obispos. (2019) «Instrumentum Laboris del Sínodo de la Amazonía». sinodoamazonico.va. Vaticano: Secretaría general del Sínodo de Obispos. Tomada de http://www.sinodoamazonico.va/content/sinodoamazonico/es/documentos/instrumentum-laboris-del-sinodo-para-la-amazonia.pdf
- Unesco, (2015) Educación 2030: Declaración de Incheon y Marco de Acción para la realización del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4: Garantizar une aducación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos. Disponible en: https://hdl.handle.net/20.500.12365/18066