Desde noviembre de 2019, al finalizar el Sínodo Amazónico en su fase Asamblearia, el Card. Claudio Hummes (presidente de la REPAM en ese momento) pidió dar un impulso decidido a la creación del nuevo organismo Eclesial-Episcopal (hoy la CEAMA) y a la promoción del proyecto universitario para la Amazonía.

El PUAM nace como una respuesta al desafío 114 del Documento Final del Sínodo de la Amazonía

Proponemos que sea establecida una Universidad Católica Amazónica basada en la investigación interdisciplinaria, en la inculturación y en el diálogo intercultural (…) y a las urgentes desigualdades y problemáticas presentes en la región en cuanto a acceso a una adecuada educación, especialmente superior, que escuche y conserve las diversas culturas y saberes de los pueblos vulnerables.

El PUAM nace como una respuesta al desafío 114 del Documento Final del Sínodo de la Amazonía

Proponemos que sea establecida una Universidad Católica Amazónica basada en la investigación interdisciplinaria, en la inculturación y en el diálogo intercultural (…) y a las urgentes desigualdades y problemáticas presentes en la región en cuanto a acceso a una adecuada educación, especialmente superior, que escuche y conserve las diversas culturas y saberes de los pueblos vulnerables.

Durante el 2020 y parte del 2021, bajo la coordinación de Mauricio López (actual director del PUAM), se integró una comisión de trabajo con personas especializadas en el tema y referentes territoriales con experiencia en educación superior en la Amazonía. Luego de una pausa, en marzo de 2022, ante la conclusión del Cardenal Hummes de su servicio como presidente de la CEAMA por su delicada situación de salud, y siguiendo su encomienda, el Cardenal Pedro Barreto, quien fue elegido presidente de la misma, solicitó al actual Director retomar el proceso de fundación y dirección del Programa Universitario Amazónico elaborando una propuesta de identidad, conceptual, de objetivos y estructura, como un encargo desde su función como uno de los vicepresidentes de la CEAMA.

Finalmente, luego de un proceso de construcción inicial, en agosto de 2022, con el trabajo intenso del equipo inicial del PUAM, representantes del territorio amazónico, de instituciones de educación superior y de la Iglesia Católica, así como también organizaciones fraternas, reunidos en las instalaciones de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (Quito), desarrollaron un taller para aportar a la propuesta del PUAM y su consolidación a partir de diversas experiencias territoriales e institucionales.

El camino de la Iglesia en la Amazonía

La experiencia de la Iglesia discípula y misionera en la territorialidad geográfica, ecosistémica, espiritual y sociocultural Panamazónica representa caminos eclesiales inéditos en el compromiso con las periferias. El rol eclesial ha sido –por decir lo menos y a pesar de sus muchas limitaciones y errores– determinante en muchos sentidos para este territorio.

Los muchos testimonios de fe y entrega de mujeres y hombres misioneros, religiosos y laicos dan cuenta de una experiencia pastoral de inculturación e interculturalidad que se hizo realidad y que han hecho la diferencia en la vida de tantas comunidades indígenas, mestizas y ribereñas en la Amazonía. Estas experiencias son fuente de esperanza en medio de las indeseables realidades producto del modelo dominador y avasallador predominante en el mundo y que dista del anhelo del Evangelio para que todos los pueblos tengan una vida plena y digna.

Estamos en un momento crucial en el que es imperativo animar una reconciliación profunda del espíritu humano. Estamos llamados a tejer “una alianza entre los habitantes de la Tierra y la casa común, a la que debemos cuidado y respeto. Una alianza que suscite paz, justicia y acogida entre todos los pueblos de la familia humana, como también de diálogo entre las religiones”.

Mensaje Papa Francisco para el lanzamiento del Pacto Educativo Global (2019).

Si bien la presencia eclesial ha sido significativa en muchos casos, también ha sido una presencia absolutamente fragmentada en este inmenso territorio. Hoy el desafío es tan complejo y tan urgente, por las amenazas innumerables contra la vida de los pueblos y del ecosistema Amazónico, que es imprescindible asumir una perspectiva pastoral territorial y de conjunto. Si no creamos nuevos caminos articulados, no tendremos mucho más qué hacer ante la muerte sistemática que pesa sobre este territorio y sus comunidades.

Permanecer en silencio, o respondiendo simplemente por vías desterritorializadas y superficiales, será un acto de complicidad con los tantos que despojan y arrancan la vida a la Amazonía y a sus pueblos, poniendo en riesgo el mismo futuro planetario por la interconexión de este bioma y sus pueblos con el equilibrio global.

En ese contexto, luego de algunas décadas de múltiples intentos, experiencias, y de encuentros territoriales de intercambio de experiencias eclesiales sobre la Amazonía (sobre todo a partir de la experiencia de la Red Eclesial Panamazónica - REPAM desde su inicio en Puyo, Ecuador en 2013 y su formalización en Brasilia, Brasil en 2014), se ha detonado un proceso pastoral más orgánico, territorial y articulador de experiencias diversas en este espacio sociocultural.

La Iglesia en la Panamazonía, en sus diversas expresiones, debe permitir a los diversos sujetos del territorio CAMINAR JUNTOS con sus propias experiencias y en unidad, sin pretender uniformidad. Ser SERVIDORA que promueve y fomenta respuestas concretas y acercamientos a las periferias para su promoción. Asumir una vocación de ESCUCHA de las personas en el territorio y conocer sus sueños, clamores y horizontes, saliendo de la autorreferencia como iglesia. Promover una perspectiva misionera de iglesia PRESENTE EN EL TERRITORIO, capaz de inculturarse e interculturarse en la realidad. Y asumir un PAPEL PROFÉTICO de anuncio y denuncia ante los signos de muerte que pesan sobre la Amazonía y sus pueblos, recibiendo y sosteniendo el testimonio de mujeres y hombres mártires y profetas de la iglesia y del territorio.