La segunda sesión de la Cátedra Card. Claudio Hummes se concibió como un espacio de encuentro que buscó difundir la luz, la vida que sigue presente entre nosotros, el legado y los aportes más importantes de Cardenal Hummes en la lucha de los pueblos indígenas de la Amazonía, junto a la Iglesia, por su derecho a ser y existir.
La presencia y el acompañamiento de la Iglesia en la Amazonía se han visto empapados de un renovado sentido de compromiso vivo y encarnado desde que el Papa Francisco le diera a la región, y a quienes la habitan, una especial relevancia dentro de la comunidad católica, y para toda la sociedad, motivado por la conciencia de la importancia de ésta para el futuro de la humanidad y del propio planeta Tierra. El Santo Padre promovería entonces un proceso que tuvo su punto de convergencia, como las aguas de los ríos en el Sínodo de la Amazonía, celebrando su fase Asamblearia en octubre de 2019, luego de un profundo proceso de escucha al pueblo de Dios en lo largo y ancho de este territorio.
Pero el proceso que llevó al Sínodo, y todo lo que derivó después de éste, no serían lo mismo sin la figura e influencia de Card. Claudio Hummes. El Papa Francisco, en su cercana y cariñosa carta dirigida a la Segunda Sesión de la Cátedra (y que puede leer más abajo), destaca cómo la presencia del Cardenal, pese a ya no ser física, “se ha convertido en una voz profética que nos recuerda a cada paso que nuestro compromiso es con los pobres, siempre e inexorablemente”.
Una vida dedicada a estar junto a los más vulnerables
El 4 de julio se cumplió un año desde que Cardenal Hummes falleciera, pero para quienes lo conocieron y trabajaron junto a él este día representa un año desde su resurrección. Una forma en la que han querido resignificar su legado que sigue presente en el trabajo de promoción y defensa de los derechos de los pueblos indígenas y de la naturaleza, y en toda la acción pastoral de la Iglesia en este territorio desde donde se ilumina a toda la eclesialidad universal en clave de conversión integral. Dom. Claudio –como le decían sus más cercanos amigos y colaboradores– insistía en “escuchar en primer lugar a los propios pueblos de la Amazonía. Hay que escuchar la realidad, escuchar los gritos.” Para él, este solo hecho logra enriquecer una ya conocida metodología de acompañamiento de la Iglesia: el ver, juzgar y actuar.
Es por ese legado que el Programa Universitario Amazónico (PUAM), junto a el Instituto para el Diálogo Global y la Cultura del Encuentro (IDGCE), en colaboración con el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL), Cáritas América Latina y el Caribe, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) decidieron lanzar la segunda sesión de la Cátedra como un espacio de homenaje y recuerdo de la vida del que algunos han llamado el “Francisco de Asís” de la Amazonía, el 4 de julio.
El espacio de encuentro contó con la participación del Card. Pedro Barreto, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA); de la hermana Irene Lopes, secretaria ejecutiva de la REPAM Brasil; de Mauricio López, director-fundador del Programa Universitario Amazónico (PUAM); de Yésica Patiachi, vicepresidenta de REPAM y de Luis Liberman, fundador del Instituto para el Diálogo Global y la Cultura del Encuentro. Juntos, hicieron de la Cátedra Universitaria un recorrido por la vida de Hummes y su legado en el trabajo de la Iglesia por la promoción de los derechos de los pueblos indígenas y de la naturalza, a través de los cuatro sueños descritos por el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Querida Amazonía: Eclesial, Ecológico, Social y Cultural, más un sueño inspirado en el Card. Hummes: el Sueño de la Esperanza.
El espacio contó también con los testimonios cercanos y de gran familiaridad de Card. Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; Mons. Lucio Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación y Aleteia Hummes, profesora del Programa de Posgrado en Desarrollo Regional de las Facultades Integradas de Taquara y sobrina del Cardenal, quienes resaltaron la calidad de la presencia de Dom Claudio en la vida de todos quienes lo conocieron, hablaron de su paso por el mundo como un testimonio que transforma, y de sus conversiones y modos de acompañar, también, a su familia y amigos.
Este espacio queda en el registro del camino de la Iglesia en la Amazonía como un signo vivo de acción de gracias por todo y por tanto que Dom Claudio ha sembrado, sigue sembrando, y sembrará a futuro en la misión de la Iglesia en la Amazonía y con sus pueblos, y como respuesta a las urgencias de los signos de los tiempos porque no podemos fallar en la misión encomendada para defender la vida en este territorio, tal y como él siempre nos lo recordaba.